El desprendimiento entra en su segunda época, después de diez años en los cuales la colección se afianzó contribuyendo a promover el pensamiento descolonial. La propuesta, hoy, es continuar el espacio de producción decolonial ya inaugurado y ampliar el diálogo con proyectos afines. La decolonialidad no es una misión sino una opción que co-existe con otras opciones (sean estas sistemas de ideas o disciplinas), con algunas en conflicto y con otras en armonía. El objetivo fundamental del pensamiento decolonial es desprendernos del espejismo civilizatorio guiado por la retórica de la modernidad (crecimiento, progreso, consumismo) y la necesaria lógica de la colonialidad (explotación, expropiación, marginación, devaluación humana). Es contribuir a la "generación" del pensar y del hacer para el estar siendo decolonial. El énfasis agregado en esta segunda época será la sanación decolonial, paralela pero al mismo tiempo disimilar a la cura psicoanalítica. La sanación decolonial es la auto-afirmación en los procesos de re-hacernos a partir del desprendimiento de las promesas incumplidas de la modernidad. El pensamiento decolonial es pensamiento fronterizo, afincado en existencias y experiencias fronterizas de todo tipo. Pensar en las fronteras es vivir en las fronteras. En el 2014 estamos avanzados en la desoccidentalización de la imagen del mundo. Esta se dirime en las relaciones interestatales. Antes del 1500 el mundo no tenía un centro, sino varios. Desde el 1500 el centro fueron Roma y luego el meridiano Greenwich. La desoccidentalizacion está en proceso de re incorporar el policentrismo del mundo multipolar anterior al 1500. El planisferio se inserta en estos procesos.